Agosto 14, 2025
Hablar de garantías mobiliarias puede sonar a un tema técnico y lejano, pero la realidad es que está más cerca de tu día a día de lo que imaginas. Si alguna vez has adquirido un crédito para comprar un vehículo, una máquina para tu negocio, financiar inventario o incluso respaldar una operación comercial, puede que ya hayas usado una garantía mobiliaria aunque no lo supieras.
Lo interesante de esta figura es que combina flexibilidad, seguridad jurídica y acceso al crédito, algo vital sobre todo para emprendedores, pequeñas empresas y entidades del sector solidario. Esto es importante porque hemos visto de cerca como esta herramienta puede abrir puertas al financiamiento y también como, si no se cumplen las obligaciones, puede traer dolores de cabeza importantes.
Una garantía mobiliaria es un compromiso legal en el que una persona o empresa (el deudor) respalda una deuda poniendo como garantía un bien mueble. Es decir, un bien que no está fijado permanentemente al suelo, como podría ser: un vehículo, una máquina industrial, un lote de inventario, derechos sobre cuentas por cobrar o incluso equipos de oficina.
La clave está en que, si el deudor no cumple con su pago, el acreedor (quien otorgó el crédito) puede tomar ese bien para recuperar su dinero. Esta figura, regulada en Colombia por la Ley 1676 de 2013 o la "ley garantias mobiliarias", simplificó y modernizó el sistema de garantías, facilitando el acceso al crédito y otorgando mayor seguridad a los acreedores.
En la práctica, esto ha permitido que miles de pequeños empresarios puedan financiar su crecimiento sin tener que desprenderse del bien que respalda la obligación. Un ejemplo muy común es el de un comerciante que utiliza su inventario como respaldo de un préstamo y, mientras sigue vendiendo, mantiene la garantía activa en el registro público.
Uno de los puntos más potentes de esta figura es su amplio catálogo de bienes elegibles. No se limita a objetos físicos; también incluye derechos y activos intangibles. Entre ellos:
Este enfoque funcional significa que prácticamente cualquier activo con valor económico puede servir de respaldo, siempre que se cumplan los requisitos legales y se registre correctamente.
Antes de 2013, el respaldo con bienes muebles se hacía principalmente mediante contratos de prenda, que tenían requisitos formales más rígidos y menos flexibilidad. Con la entrada en vigor de la Ley 1676 de 2013 (ley garantias mobiliarias), Colombia se alineó con estándares internacionales que buscan dinamizar el crédito y ampliar el espectro de bienes susceptibles de garantía.
La ley también introdujo la figura de garantías sin tenencia, en la que el bien no cambia de manos, y reforzó el uso del registro público electrónico. Este cambio ha sido clave para formalizar transacciones y reducir riesgos para el acreedor.
Las garantías mobiliarias son un aliado estratégico para quienes necesitan liquidez rápida sin comprometer bienes inmuebles. Sus ventajas más claras son:
A modo de ejemplo, podríamos tomar el caso de un taller mecánico que necesitaba renovar su equipo. Usó como garantía las herramientas que ya tenía y, con el préstamo obtenido, compró equipos nuevos sin detener la operación. Esa es la esencia de esta figura: apoyar el crecimiento sin frenar la productividad.
El proceso se formaliza mediante un contrato entre acreedor y deudor, seguido de la inscripción en el Registro de Garantías Mobiliarias.
Este registro es electrónico, público y gestionado por Confecámaras, lo que permite realizar operaciones como:
En la práctica, la inscripción es un paso fundamental: sin ella, el acreedor pierde prioridad frente a otros posibles reclamantes y, en caso de litigio, puede quedar en desventaja.
Cuando el deudor no cumple con el pago de su obligación, el acreedor puede hacer efectiva la garantía mobiliaria. Existen dos vías principales para hacerlo:
Esta modalidad se da cuando el contrato de garantía mobiliaria incluye una cláusula que permite al acreedor, en caso de incumplimiento por parte del deudor, reclamar directamente el bien objeto de la garantía sin necesidad de acudir inicialmente a un proceso judicial. En la práctica, esto funciona mediante la entrega voluntaria del bien por parte del deudor o su entrega forzosa si así se estipula.
Cuando no se ha pactado la opción de pago directo en el contrato, o cuando la ejecución directa no logra cubrir toda la deuda, el acreedor debe acudir a la vía judicial para hacer efectiva la garantía mobiliaria.
El incumplimiento tiene consecuencias legales y económicas importantes:
Cumplir con las obligaciones financieras no solo evita problemas legales, sino que:
Es importante recordar que el valor del bien puede no ser suficiente para cubrir toda la deuda. Por ejemplo, si un empresario entrega una máquina como garantía y esta se deprecia o baja su valor en el mercado, al momento de secuestrarla (es decir, tomarla legalmente), el bien podría no cubrir toda la deuda. En ese caso, el deudor seguirá debiendo el saldo, junto con intereses y otros costos.
Más allá de maquinaria o inventarios, las garantías mobiliarias también pueden respaldarse con activos menos convencionales, como acciones de una empresa, cuotas en sociedades o derechos de autor. Esto abre la puerta a estructuras de crédito más sofisticadas, donde incluso startups pueden apalancarse con su propiedad intelectual como respaldo.
Finalmente, las garantías mobiliarias son una herramienta clave para respaldar créditos en Colombia, especialmente para pequeños negocios. Permiten acceder a financiamiento sin perder la posesión del bien, siempre y cuando se cumpla con las obligaciones pactadas. Sin embargo, el no pago puede llevar a un proceso judicial, intereses adicionales y pérdida del bien.
Por eso, es fundamental que las personas y empresas entiendan lo que implica firmar un contrato con garantía mobiliaria y se comprometan con el cumplimiento del pago, evitando consecuencias legales y económicas graves.
Además, en el caso de llegar al proceso ejecutivo singular, es fundamental entender que este implica una etapa judicial más formal y extensa, en la que el juez revisa la obligación, decreta medidas cautelares como el embargo y el secuestro de la garantía, y ordena su venta para cubrir la deuda. Si el valor obtenido es inferior al saldo adeudado, el deudor deberá responder por la diferencia, lo que refuerza la importancia de prevenir llegar a esta instancia pagando oportunamente la obligación.
En Affirma Legal contamos con un equipo de abogados especializados en garantías mobiliarias y derecho comercial, listos para brindarte la asesoría integral que necesitas. Una orientación legal oportuna puede ahorrarte tiempo, dinero y problemas, asegurando que cada contrato esté correctamente estructurado y registrado, y que tus derechos estén siempre protegidos.
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Por: Diego Rojas - Derecho comercial Affirma Legal